¡Pilas con lo que Escribes en tu Correo Electrónico!

La telenovela, en la que está involucrado el general Petraeus, sobre la montada de cacho del general más brillante de su generación, pone al descubierto no sólo que Petraeus estaba All In dentro de la vagina de su biógrafa, Paula Broadwell, sino que también, y más importante aun,  nuestra privacidad en el Imperio tiene límites muy sutiles.

Y es que a punta de que el FBI ha revisado los correos electrónicos de los involucrados, nos hemos enterados de muchos de los detalles del escandalo sexual que involucra a gente de la cúpula militar gringa. Para resumir lo descubierto hasta ahora por el FBI: Broadwell era rolo de cuaima, otra mami rica estaba siendo amenazada por la cuaima porque estaba muy cerca de Petraeus, otro general estaba pistoneándole a la otra mami rica para ver si se la entucaba, la mami rica tenía un amigo en el FBI -al que llamó para contarle de las amenazas- que le mandaba fotos semidesnudo y pare usted de contar porque aun falta mucha información por salir a la luz pública.

No vamos a adentrarnos sobre lo puritana que es la sociedad gringa, donde los méritos de este general de cuatro estrellas van a la basura por montar cachos; sino lo más importante para mí es que este escándalo enciende las alarmas sobre los límites de nuestra privacidad en el Imperio. Ahora, yo me pregunto: si el FBI agarró a estos pesos pesados, ¿Qué puede esperar el ciudadano de a pie?

Con la excusa de la lucha contra el terrorismo, todos estamos expuestos a ser vigilados e investigados. Pero ojo, no hay  que ir tan lejos -o creerse tan importante- y esperar una orden de un tribunal para que el FBI entre en tu correo electrónico; basta con meter la pata en Facebook, Twitter o De Cualquier Vaina; para que te boten del trabajo, te pillen montando cacho o destruyas tu reputación para siempre.

Así que, si agarraron al director de la CIA con las manos en el teclado, ¡Pilas con lo que escribes en tus correos electrónicos! No vaya a ser que la cuaima te pille en alguna movida. Aunque pensándolo bien, yo usaría la excusa perfecta -aprendida de mi Comandante-: agentes de la CIA están detrás de todo esto.     

Ciro