Obama 2.0

Después de casi 2 mil millones de dólares gastados en la campaña más costosa y negativa de la historia de las elecciones gringas, donde se votaba no sólo para elegir al presidente, sino también para escoger representantes, senadores y gobernadores y para aprobar el matrimonio gay y la legalización de la marihuana para uso recreacional en algunos estados de la Unión; el martes 6 de noviembre fue reelecto Barack Obama. Más fácil de lo esperado por muchos, pero como predecían todas las encuestas. Obama contó con el apoyo abrumador de las mujeres, los negros y los latinos, para asegurar la victoria.  Y vivir en la ciudad de Washington, DC es todo un privilegio para este tipo de eventos.

La ciudad salió a votar en masa por el Presidente, quien obtuvo un apoyo del 91% de los votos en DC; al anochecer la mayoría de los bares estaban llenos a la espera de los resultados de la contienda y casi a la medianoche las calles estaban inundadas de los miles de partidarios de Obama que salieron a celebrar el triunfo. Al contrario que en la Universidad de Mississippi, donde una minoría de estudiantes salió a protestar la victoria con insultos racistas incluidos.     

Los alrededores de la Casa Blanca -el Presidente no estaba, ya que estaba en la sede de su comando en Chicago- estaban llenos de personas que rebosaban alegría, entonaban cánticos alegóricos, ondeaban banderas y brindaban con cerveza u otras bebidas espirituosas. El tono en esta ocasión era diferente que hace cuatro años; cuando la gente que se acercó al 1600 de Pennsylvania Avenue, lo hizo para pedirle al inquilino de entonces que se fuera de una vez por todas. Ahora lo hacían para revivir la esperanza de cambio e inclusión que comenzó hace cuatro años y que esperan que se consolide en los próximos cuatro.  

Ciro