Tribu Global: Decide tú !
Martin Knulp está de vuelta y como vaina rara filosofando. Bienvenido a la Tribu Global !
“Dios
ha muerto”, murmuré de nuevo, “y aquí nadie se dio cuenta, es que ni supieron que
venía enfermo”. “Me da exactamente igual”.
Con
cincuenta y ocho años, no se ve bien si acostado o sentado, Elán Epícuro
Briceño, pasa relajadamente las últimas horas de la tarde en las escalinatas de
la plaza. Algo de sombra le llega del techo de la Casa de la Cultura de
Pampatar, donde reposa, pero a pesar del solazo, no corre ni gota de sudor. No
se mueve, la gorra que fue blanca no disimula lo arrugada que tiene toda la
piel. Elán decidió que estaba muy ocupado para ponerse a trabajar desde los
veintidós y desde entonces toma las mejores decisiones. No tiene un centavo y
vive gracias a la vida.
“Yo
soy un hombre ante todo noble, todas las cosas que hago, son primeramente en mi
beneficio, y esto lo hace todo el mundo, lo que pasa es que yo lo admito sin
tapujos, ni culpa. Primero mi beneficio, todo lo que sea justo y prudente para
mi, y luego los demás, o ¿es que realmente puede alguien verse beneficiado si
yo ando por ahí confundido?. El cura de la iglesia de aquí de Pampatar es
Polaco y siempre tiene una respuesta para todo, casi que tiene el mismo valor
que yo, es lo que pienso, sólo hay una
diferencia sutil entre nosotros y es que para los vecinos él tiene utilidad. No
deja de darme vueltas en la cabeza cómo si los dos somos amantes primero que
nada de nosotros mismos, querer que se quiere infinitamente, y por eso tomamos
para nosotros los bienes más altos y nobles, yo que decidí pasar mis días bajo
esta sombra soy menos, según ellos.
La
verdad es que no voy a misa pero desde que pusieron esos altavoces la escucho, quietico
en esta esquina. A veces quisiera preguntarle cómo se hizo cura pero la verdad no
es importante, por lo menos la de él. Estoy seguro que nunca quiso nada de eso pero
así lo decidió. Aaah! ahí está el detalle, hasta el más noble de los vecinos no
tiene libertad, no tiene poder en sus decisiones, él se mueve en ese limbo de
lo que quieren los demás, lo que el resto cree que debería hacerse y sólo ahí piensa
que tiene “libre albedrío”“.
El
viejo es parte del paisaje. Todos lo miran pero nadie lo ve, enfermo no está
eso sí, pero no trabaja, no ayuda con la pesca, parece que no visita la plaza
en meses y parece que nunca se mueve de ahí. No bebe, habla sólo si se le
pregunta y a veces ni eso.
“Es
que no tengo que dar explicaciones, ¿quién se puede dar ese lujo?, y vivo en sociedad,
que si no participo soy un flojo, yo decidí ser solamente libre, de verdad, esa
vaina que mis acciones dependan exclusivamente de lo que puedan sentenciar las vecinas
no es para mí. Y tengo los más altos valores, los míos que no trato que nadie más
cumpla. Viva entonces la libertad en anarquía, la personal, la que mi sólida
mente conoce”.
Al
viejo Elán, nadie lo ha visto mendigar, pero de que es un flojo, es un flojo,
nadie le conoce trabajo, ni que pague impuestos, creo que ni vota –a quién se
le ocurre no votar-, ni hijos ni esposa, tampoco se sabe cómo es eso que tiene
todos los dientes completos.
Parece
que toda la vida ha sido viejo, nadie le tiene ni un cuento, sólo rumores que
no duran un día. Lambiscón tampoco.
“Yo
aquí veo de todo, cómo no si está la Iglesia al lado, un restauran famoso más
allá, el fuerte más acá y claro, mi punto de apoyo, la pared de la Casa de La
Cultura de Pampatar, pero aquí si no viene casi nadie. Y pasa de todo, como
parte del aire. Eso sí a nadie he visto que no tenga cara de pregunta, cómo de
espera que alguien le diga que lo que hace está bien, si esto o lo otro, que
puede comer, estudiar, a donde puede ir, en que tiene que trabajar, por quién
votar, cómo pensar, si puede o no hablar y cuidadito con lo que van a decir,
jajajaja, es que estoy seguro a más de uno le dicen cómo tiene que vestirse,
llevan un deseo eternamente insatisfecho de hacer lo que les de la gana.
Será
por eso que ven al cura tan útil y tan noble, si es que él posee la divinidad
más no la lógica y eso es siempre más fácil. Y no se salva nadie, a veces me
río sin mover los labios del reojo que me dan algunos, pero no siempre es de
desprecio, yo creo que es más de incredulidad”.
Arrancó
un palazo de agua de gotas finas y duras, nada se mueve. Elán no se está. Ese viejo
lo que está es loco.
4 comentarios:
no vale, este Martin lo que esta es fumao
que bueno ... gracias
Me quede con las ganas de saber si existe Elan?
Existe. Es mi pareja.
Yo creo que Martin es chavista
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