Uno de los calificativos más acertados del gran
José Ignacio Cabrujas para describirnos como país y como sociedad fue: Venezuela es un país lleno de managers de
tribuna. Como gran aficionado del beisbol –y fanático de los Tiburones de
La Guaira de sus tormentos y alegrías-, Cabrujas no perdía oportunidad de
resaltar nuestra idiosincrasia caribeña, haciendo metáforas beisboleras. Pero ¿Qué
es un manager de tribuna?
Si en Venezuela nos sobra algo, además de petróleo,
misses y peloteros talentosos, es gente que sabe “que jode”, con ideas y teorías
para cada situación y problema, pero que nunca se mete en el dugout a
implementar esa “sabiduría”. Esa sabiduría que se limita para las
conversaciones echándose palos con los panas o para criticar las decisiones de
otros, llegando a proponer sus excelentes/mejores
ideas, pero sin hacer realmente nada para lograr que se realicen esas ideas.
Yo me pongo en primera fila del paredón de los
managers de tribuna de esta tierra de
gracia. Y para muestra un botón: yo soy de los primeros que, viendo/oyendo –en
el estadio o en el apartaco-, critica a los managers de La Guaira o de los
Nationals porque no cambiaron un picher, tocaron la bola o dejaron batear al
bate quebrao del equipo con tres en base y dos outs. También soy de los que criticó
con vehemencia la posible presidencia de Caldera en el 93, pero que no me involucré
en política –aunque voté en su contra- para evitarla.
A falta de un mes para las elecciones del 7 de
octubre, este manager de tribuna bloguero te pide que cambiemos esa mentalidad
y participemos más activamente en la campaña y sumemos voluntades para lograr
el triunfo de Capriles y así derrotar al bate quedrao, que con las bases
llenas y sin outs, lo que ha hecho es batear para tripleplay. Cabrujas donde esté
nos los agradecerá.
Ciro