martes, diciembre 21, 2010

Patineteando ( Longboarding ) a los 40s

Una de las cosas que intento hacer en mi nueva vida de padre (sólo 2 años) y no sé si lo logro, es darle el chance a mi hijo de que participe en los juegos o actividades que yo participé en Venezuela cuando niño. Que esté expuesto a distintos deportes y disciplinas. Claro, a esa edad no hay mucho que hacer porque si lo pongo a jugar metras (canicas, marbles, etc.) capaz se las traga como solía hacer yo, metiendo en problemas a mi mamá, quién me tenía que poner de cabeza y darme golpes secos en la espalda cuando empezaba a ahogarme para que la escupiera.


Aparte de ponerlo a patear un balón o lanzar una pelota o tren, trato de pasearlo por la leve pendiente de mi casa, ambos sentados en una patineta de esas que llaman “street skateboards” (ver foto de abajo). La que tengo me la regalaron en el 2005, cuando pensé que la falta de equilibrio que alguna vez tuve no solo se debía a tener problemas de la rodilla sino al hecho de no hacer actividades que necesitasen de balance.



La idea fue buena ya que retomé un poco el equilibrio. Cada vez que iba a una caimana de Basket me lanzaba por un bajada para llegar a las canchas. Pero el disfrute de la patineta fue marginal. Y creo que fue, porque este tipo de patinetas son difíciles de manejar, las ruedas se sienten mucho en el pavimento, toma mucho esfuerzo para desplazarlas y simplemente porque se me pasó la edad.


El hecho es que desde ese entonces no la usaba mucho, y si no la usaba, la verdad que no me importaba para nada. Sin embargo, la tenía siempre en a maleta del carro para una manejadita de vez en cuando o ayudar a mover algún mueble (si son buenas para mover cosas).


Volviendo al tema de manejar patineta sentado con mi hijo, al tratar de hacerlo la primera vez en mi antigua "street skateboard" me di cuenta que aparte de viejo, me había engordado muchísimo y de vaina cabía en esta. Me sentaba, cruzaba las piernas y la patineta no se veía. Como no iba a rebajar de peso, me dí cuenta que necesitaba una patineta más larga. De esas que mientan “longboards” y que son vistas como un objeto extraño, con formas de tablas de surf y que son manejadas por gente “hippie” o o mal estereotipados “rechazados por la sociedad” (lo que llaman en inglés “Outcast”).


En Marzo de este año, mi cuñado, -quién se acababa de mudar a Williamsburg (en Brooklyn)-, me comentaba que habían abierto una tienda de patinetas (longboards) que no podía dejar de ver. Luego de darle largas al asunto decidí ir, luego de un par de días haciéndome el desentendido.


Como conté en el artículo de Williamsburg (http://decualquiervaina.blogspot.com/2010/05/williamsburg-brooklyn-ny.html), la tienda me pareció brutal (en ese entonces se llamaba Bustin Longboard Store). Al entrar, -a la izquierda-, tenían los modelos armados en estantes hechos a la medida para las patinetas y que lucían más bien como obra de artes en pedestales donde la imagen que te daban era que esta gente estaba bien orgullosa de cada modelo, que cada una tenía una forma y diseño que las hacían diferentes e importantes por alguna razón.




Al lado derecho había una pared con distintos trucks, ruedas, cascos y guantes ordenados de manera tal que invitaban al curioso espectador a preguntar por cada producto, y sin querer pasar de ser un curioso a un comprador potencial.


En esta tienda puedes probar las patinetas y solo te piden que te pongas un casco. Para una persona como yo que represento al comprador que va a Sports Authority y donde sólo lo que puedo hacer es darle vueltas a las ruedas de las patinetas que te venden en cajas, esto es lo mejor para convencer a alguien de que el producto es bueno y que lo respaldan.

Hoy por hoy la tienda no sólo vende productos Bustin sino distintas marcas de lo mejor de la industria de "longboarding" y su nombre cambió a Longboard Loft NYC (http://longboardloftnyc.com/). Los dueños son los mismos, se siguen enfocando en Bustin pero ahora encuentras de todo.


Lo mejor de esta tienda lo representan la gente que allí atiende. Tiendas con buenos productos hay en todos lados, pero tiendas donde los vendedores (as) destruyan un paradigma que hace que una persona se sienta a gusto en un mundo estereotipado (tal vez con razón) donde es normal conseguirse a personas con egos altísimos, mojones mentales y agresivas es algo de admirarse.


Salomon Lang y Mike Dallas, dos de los emblemas de Bustin Boards (http://www.bustinboards.com/), se esmeraron por hacerme entender el mundo del longboard y la visión que Bustin tiene de éste, en particular sobre el hecho de estar en New York City y ser uno de los más fuertes representantes de la actividad en esta ciudad.

Luego de esta conversa y explicaciones de longboards pude ver dos cosas. Uno, Bustin no es una tienda, sino una familia. Dos, esta gente tiene como objetivo vender patinetas, pero lo hacen integrando a la gente, en vez de continuar haciendo de esta actividad o deporte uno underground, solo para unos pocos y donde no hay espacio para “viejos” como yo.


Además poseen un site donde puedes diseñar el “longboard” que quieras con millones de diseños, colores y configuraciones para un solo modelo (http://www.bustinboards.com/v/build_a_longboard_section.asp).


Adicionalmente, tienen un blog donde tienen a la gente informada de la movida del “longboarding” en NYC. Un movimiento que ha visto subir el número de participantes en su carrera más emblemática “The New York Bomb” a un total de más de 500 participantes.

Ese día me fui de allí sin comprar nada, y no hubo miradas inquisidoras de como si les debiera algo o no era bienvenido por no comprar ni una tuerca.  A las 5 semanas salió un modelo que estaba buscando: la Bustin Maestro (ver foto abajo), que es una tabla ancha, larga (pa’ poder caber) y flexible y les puse unos trucks largos que no van sobre la tabla sino a través de esta y una ruedas grandes y relativamente suaves (drop through Trucks Bear Grizzlies y ruedas Bustin Boca 75mm y dureza 82a ).



Traduciendo al castellano (para todos aquellos que como yo no sabemos de esto), la tabla es relativamente larga, ancha (cómoda para manejarla pues los pies no se salen mucho de ésta), flexible (lo cual ayuda a dar curvas fácilmente), bajita gracias a los trucks (cuando tienes que empujar no te cansas tanto y vas pegado al suelo, ver foto de abajo) y no se siente el pavimento, no se atasca con piedras o ramas gracias a la relativa suavidad y buen tamaño de las ruedas. Como una tabla para cuarentón pués !



Lo que empezó como un regalo para mi hijo y para mí, se ha convertido en un instrumento de diversión que no veía venir.

Primero porque estas patinetas (sobre todo con la configuración descrita anteriormente) son totalmente distintas a las de calle (“street skateboards”) lo que se traduce en que son mucho más fáciles de manejar. Son super estables, no se siente el pavimento lo cual hace que la experiencia sea totalmente disfrutable, tienen excelente control en las curvas y con cuidado, práctica y protectores puedes lograr realmente a mejorar el nivel en que “patineteabas” cuando eras chamo, sobre todo si tu nivel no era muy alto.

Hoy por hoy llevo desde Mayo patineteando pero la nieve y el hielo ha hecho que prácticamente no lo haga desde hace una semana. No me lanzo por bajadas a toda velocidad, pero si lo hago haciendo grandes curvas y coleándola en cada transición para bajar frenar (lo que llaman “carving” y “stand up sliding”). El culillo (miedo) es gratis. También manejo en rectas lo cual es más relajante y en verano cuando tienes al lado al río con full aves (gaviotas, garzas azules, gansos, etc), el atardecer y la brisa, el “feeling” me hace recordar a la playita en Venezuela.  Mucha gente puede pensar que estoy exagerando, pero sólo puedo decirles que aunque suene “super trillado” que es una experiencia super liberadora, quizás sólo comparado con otros deportes como Surf, Bodyboarding y Snowboarding.

El nivel de disfrute es tan alto que he logrado que tres panas más consigan “longboards” y compartan conmigo este descubrimiento. Todos de 39 años para arriba.

Todo lo que digo arriba es poesía barata  ( de un patinetero que no es “cool” que viste fuera de moda y usa casco, rodillera, coderas y guantes) comparado con el disfrute de verle la sonrisa a mi hijo y el brillo en sus ojos cuando sabe que va a lanzarse por la acera con su papá en la patineta.

Las risas y las carcajadas de mi hijo es lo que cuenta, y esos detalles hacen que esos días sean completos y compartir esos momentos con él son memorias indelebles para mí.

Lo que hace una patineta.


El Pollo
Longboarding en Blogalaxia
Patineta en Blogalaxia
Bustin Boards en Blogalaxia
NYC en Blogalaxia
Trucks en Blogalaxia
Longboard en Blogalaxia

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pollo.. llevame en tu patineta!!! yo tambien puedo reir y carcajear como tu hijito....

Ciro Pepe dijo...

Bichito te inspiraste!! De pinga!